Introducción
Una de los principales causas por el cual los padres acuden a mi consulta, son los problemas de conducta en sus hijos. Manifiestan que sus hijos muestran dificultades para acatar normas, cuestionan su autoridad, muestran conductas agresivas…
Los padres se sienten desbordados ante esta situación y experimentan la necesidad imperiosa de pedir ayuda a un profesional.
El tratamiento de este tipo de problema, ayudará tanto a los padres como al niño a establecer y cumplir los límites.
¿Qué son los problemas de conducta?
Es totalmente normal que en algunas ocasiones los niños tengan conductas inapropiadas. En algunas ocasiones pueden desencadenarse malos comportamientos debido a diferentes circunstancias, como por ejemplo, el nacimiento de un hermanito, divorcio de los padres o la muerte de algún familiar.
Estos malos comportamientos, no hay que confundirlos con los trastornos de conducta. Los problemas de conducta abarcan una modelo de comportamientos discrepantes, agresivos o amenazadores, con una prevalencia en el tiempo superior a seis meses y que no son ajustadas a la edad del niño.
Es un problema serio, ya que los niños que lo padecen tienen un elevado porcentaje de fracaso escolar, pueden llegar a tener problemas mentales, e incluso suicidarse.
Síntomas de alerta
Los signos de alarma pueden incluir:
- Amenazas continuas y desproporcionadas.
- Romper objetos.
- Mentir o robar.
- Ausentismo y bajo rendimiento escolar.
- Discusiones continuas.
- Hostilidad constante hacia las figuras de autoridad.
- Agresividad e impulsividad.
Si tu hijo presenta alguno de estos problemas, no dudes en consultar a un buen profesional, ya que las malas conductas suelen convertirse en costumbres o hábitos.
Tratamiento
En este tipo de terapia, es fundamental la implicación de los padres. Cuando en la familia se siguen las pautas establecidas en terapia, los problemas de conducta se solucionan con relativa facilidad.
Una forma muy eficaz, es pedirles a los padres que hagan un registro con las conductas más problemáticas de sus hijos. En este registro debe recogerse:
- El día y la hora.
- ¿Dónde estaban?
- ¿Qué estaban haciendo?
- ¿Con quién estaban los niños?
- ¿Cómo se ha comportado? (Que hace o dice).
Una vez tenemos un registro suficientemente amplio, se analiza y evalúa, para poder saber qué le ocurre al niño y porqué actúa de esa forma, y lo más importante, se les dota a los padres de unas pautas de actuación para poder reconducir esas conductas.
En muchas ocasiones, los niños lo que buscan es llamar la atención de sus padres, aunque esta atención esté basada en gritos y reprimendas. Lo más aconsejable es solicitar la ayuda de un buen profesional, el cual nos guiará a la solución de este tipo de problema.