Un trabajador motivado representa el capital más valioso de una empresa. Se puede contar con tecnología de punta, modernas instalaciones, un buen producto o servicio, pero si el personal que trabaja en la empresa no se sienten cómodos, comprometida y con sentido de pertenencia, es muy probable que no se logren los resultados esperados.
Es fundamental tener presente que el principal recurso de una organización son sus empleados.
Desde hace algún tiempo se ha reconocido la importancia que tienen las emociones en el comportamiento de las personas tanto en el ámbito personal como laboral.
Un trabajador que no se sienta valorado no va a realizar sus tareas del mismo modo que lo haría uno que perciba lo contrario.
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¿Qué es la Motivación Laboral?
La motivación es aquello que impulsa al individuo a tomar una acción. Aplicándolo en el campo laboral, se entiende como el estímulo por el cual el trabajador toma las acciones necesarias para satisfacer las necesidades de su empleador, logrando las metas establecidas.
La motivación laboral puede definirse como los incentivos que tiene un trabajador y que lo impulsan a realizar su trabajo de la mejor forma posible.
Existen diferentes tipos de motivaciones, clasificadas de acuerdo a diferentes criterios.
De acuerdo a su origen, encontraremos:
La motivación interna, que tiene que ver con los motivos personales que impulsan al trabajador a realizar una tarea como por ejemplo, la propia satisfacción.
La motivación externa, generada por estímulos ajenos al individuo en este caso podría ser un aumento de sueldo o un ascenso.
Si se ve desde el punto de vista del carácter del estímulo, la motivación puede ser positiva o negativa, entendiéndose la primera como aquella que se produce por la obtención de beneficios y la segunda la que se produce con la finalidad de evitar malas consecuencias como por ejemplo un castigo o amonestación.
7 Técnicas para Motivar a los Empleados
Reconocimiento: Una de las cosas que resultan más motivadoras para los empleados es la valoración positiva que reciba por su esfuerzo y trabajo. Es importante reconocer y hacerle saber al personal cuando han hecho una buena labor y animarlo a continuar de ese modo.
Flexibilidad de horario: La obligación del cumplimiento de estrictos horarios de trabajo pueden ser causa de Estrés y desmotivación. Las tecnologías actuales permiten que muchas funciones puedan ser realizadas desde casa y que las horas en la oficina se reduzcan.
Autonomía: Otorgar al trabajador ciertas libertades en cuanto a la toma de decisiones respecto a las actividades diarias que realiza le hacen sentir que es capaz de resolver diferentes tipos de situaciones, aumentando la seguridad en sí mismo y comprometiéndose más con el cumplimiento de sus responsabilidades.
Incentivos monetarios: Es importante que el trabajador perciba un salario acorde a sus funciones. Además de esto, el otorgamiento de bonos por el logro de metas, asistencia o productividad, animan al empleado a trabajar con mayor entusiasmo ya que verá justificado su esfuerzo.
Planes de formación: Incentivar el crecimiento profesional y personal del empleado no solo trae beneficios a la empresa por contar con trabajadores más capacitados sino que también motiva al personal, ya que percibe el interés de la empresa por su formación y crecimiento.
Recreación: Planificar actividades corporativas de recreación como competencias deportivas o paseos favorecen las relaciones interpersonales dentro de la empresa, genera un ambiente agradable y sensación de bienestar en los trabajadores.
Respeto: Principio básico de toda relación. Todo empleado para sentirse a gusto y motivado debe ser tratado con respeto y buena educación. Un ambiente hostil donde las correcciones se hagan a gritos y se tienda a la humillación provoca gran malestar y desmotivación.